Como ha variado su trabajo debido al COVID-19? ¿En qué consiste actualmente?
Como consecuencia del coronavirus, yo a día de hoy hago más trabajo desde el punto de vista asistencial. En este sentido, quiero subrayar la puesta en marcha desde el Ayuntamiento del servicio de ayuda psicológica on-line para ayudar a las personas que sufren problemas derivados del confinamiento, como ansiedad, miedo o angustia. Está operativo de lunes a viernes de las nueve de la mañana a las dos de la tarde. Las personas que lo piden a través de cita previa (se debe solicitar en el teléfono 667 41 04 71) reciben mis recomendaciones a través de pautas, no solo para superar la ansiedad o la angustia sino también de convivencia en la unidad familiar o rutinas para dormir mejor.
Buena parte de las consultas son de padres y madres que no saben cómo llevar a sus hijos ni qué decirles en estos momentos. Lo primero que les digo es que observen exactamente quién tiene el problema, si los hijos o ellos mismos, los padres. Normalmente, los niños y las niñas tienen tendencia a imitar el comportamiento de los progenitores. Por lo tanto, si los padres se muestran nerviosos y preocupados, los niños probablemente también harán suyos estos nervios y esta preocupación.
También les digo que hay que intentar sacar la parte positiva de la situación. Es decir, convertir la crisis en una oportunidad: en una oportunidad para ayudar a sobrevivir personas con el hecho de quedarse en casa; en una oportunidad para ser solidarios. Igualmente, incido en la importancia de establecer unas rutinas (hacer ejercicio físico, hacer deberes, interactuar padres-hijos). Igualmente, creo que también es importante el refuerzo positivo, quiero decir alguna pequeña gratificación cuando nuestro hijo o hija hace algo bien hecho. Es mucho más agradable y positivo este hecho que no reñirle si hace algo mal.
En el caso de los adolescentes, que también los trato a través de videollamadas, tengo la ventaja de que me escuchan con buena predisposición. En cambio, si el mismo mensaje que yo les puedo dirigir lo reciben de los padres, para ellos -los adolescentes- esto equivale a un sermón. En todo caso, les insisto que saquen lo mejor de esta situación, que enfoquen o reenfoquen sus estudios y su futuro profesional.
En el caso de las personas mayores, aquellas que se ponen en contacto conmigo lo hacen porque están ansiosos y también porque tienen miedo. Yo les digo (y esto sirve para cualquier franja de edad) que se concentren en cuidarse, a entretenerse en lo que les gusta, a cambiar de espacio físico dentro del domicilio a lo largo del día, a tener contacto (telefónico, por ejemplo) con familiares y amistades.
Además, con el área de Mayores del Ayuntamiento, hemos decidido enviar vídeos a través de su página de Facebook, para hacer chi-kung, gimnasia y estimulación cognitiva. Además, envío vídeos con recomendaciones a las personas mayores del municipio, con vídeos motivacionales o de pautas de comportamiento que compartimos los lunes, miércoles y viernes por el mismo canal. Por ejemplo, les digo que a la hora de combatir el insomnio es muy bueno mantener las mismas horas de irse a dormir y también de levantarse. También que se establezcan objetivos concretos y diarios. Si en un día haces muchas cosas, pero no te has planteado previamente un objetivo, no tienes la misma sensación de éxito, de reto conseguido.
Con carácter general, también digo que es bueno hacer una distinción entre los días laborales (aunque ahora algunos no pueden trabajar) y el fin de semana, desde el punto de vista de vestimenta o de tipo de comida, por ejemplo.
¿Cómo lleva el estrés que va asociado a su trabajo?
Yo, además de trabajar en el Ayuntamiento, también hago trabajo a Emergencias del Govern. Y en este ámbito de mi profesión, estoy muy habituada a situaciones duras. Hace poco tuve que estar en el tanatorio junto a una madre que acababa de perder a su hijo de 22 años. En todo caso, intento desconectar y creo que tengo cierta experiencia y habilidad para hacerlo. Particularmente, me fijo objetivos diarios: hacer ejercicio, cenas virtuales con amigos. Y, finalmente, por la noche escribo los tres éxitos que he podido tener durante el día y hago una lista con diez agradecimientos: a aquella persona que me ha dado las gracias, a aquella otra que me ha saludado a las ocho de la tarde desde el balcón mientras aplaudíamos…
¿Le ha comportado cambios en la relación familiar en su casa?
Personalmente, tengo que decir que para mí el hecho de quedarme en mi casa no supone un problema, soy una persona casera y siempre estoy haciendo cursos y diferentes actividades. A mis hijos, les he establecido unas rutinas diarias. Por otra parte, la situación se ha hecho dura porque a mi madre la crisis del coronavirus la cogió estando de viaje en Egipto. Ella tenía que volver el día 25 de marzo, pero el día 19 ya habían cortado el tráfico aéreo, por lo que ha sido bastante dificultoso su regreso. Al fin, pudo encontrar un avión comercial que la llevó hacia Londres, después hacia Madrid y hasta aquí, afortunadamente.
¿Cómo valora el comportamiento de la ciudadanía de Marratxí?
Creo que el comportamiento está siendo ejemplar. Siempre hay quien se salta las normas. E incluso aquí también deberíamos analizar por qué lo hace. Puede que sea una persona con adicciones, con trastornos mentales… Yo veo a la gente preocupada, como es normal, pero al mismo tiempo muy reforzada en términos de solidaridad y de unión. Todo el mundo está centrado en aportar. Un ejemplo claro es el aplauso de cada noche a las ocho de la noche, lo cual nos fortalece mucho.
¿Qué lecciones podemos extraer de esta pandemia y del confinamiento?
¿Lecciones? Muchísimas, claro que sí. Creo que habremos aprendido a dar importancia a los detalles pequeños. Por otra parte, hemos visto que hay otras formas de trabajar distintas a las de siempre, por ejemplo a través del teletrabajo. También todos percibimos que a la naturaleza, de alguna manera, le hemos concedido, aunque sea obligado, un respiro…


