Jose Antonio Rodado, más de una década de dedicación a la inclusión

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Presidente durante más de 13 años de Aspace, con sede en Marratxí desde 1976, inicia ahora una nueva etapa en la asociación Estel de Llevant, que trabaja a favor de la salud mental y la inclusión social. Lidera el proyecto T’Estim, una iniciativa dedicada a la producción de infusiones y tés ecológicos que combina sostenibilidad e inserción laboral. Valora la tranquilidad de vivir en una zona como Sa Cabaneta desde hace más de una década.

¿Cómo ha sido tomar la decisión de dejar Aspace?
No ha sido fácil, han sido más de 13 años. Accedí a la presidencia a finales de 2011, en plena crisis económica y en una situación muy complicada para las entidades sociales. Hubo una prórroga y tenía claro que había una fecha de caducidad. Es difícil dejarlo cuando has intentado darlo todo, pero también te vas con la tranquilidad de haber hecho muchas cosas positivas y de haber aportado mi granito de arena.

¿Qué le ha quedado pendiente?
La residencia que actualmente está en construcción, pero que estará terminada a finales de 2025. Aquellos niños que en 1976 empezaron en un centro de educación especial ahora son adultos, usuarios del servicio de residencia. Tienen otras necesidades, su esperanza de vida ha aumentado, y hay que afrontar nuevos retos. Hemos crecido mucho.

Aspace prioriza el servicio de atención al usuario pero también la inclusión social.
Venimos de una época en la que una persona con parálisis cerebral no salía de casa, se quedaba dentro. Empezamos con el centro de educación especial en una localización idílica en medio del campo, en Marratxí, para que las familias pudieran conciliar la vida laboral y familiar. Pero queríamos llegar a Palma, para que las personas con cierto grado de autonomía pudieran relacionarse con la gente del barrio y llevar a cabo una inclusión real, en la que fuera habitual ver sillas de ruedas y personas con parálisis cerebral interactuando en nuestra comunidad.

Todavía hay muchas barreras que superar para hacerlo posible.
Normalizar la integración de estas personas y que puedan participar de la comunidad es uno de nuestros objetivos. Hace muchos años que hacemos proyectos conjuntos con escuelas de Marratxí, centros de educación infantil. Es una forma de que esos alumnos vean con normalidad a personas con parálisis cerebral o discapacidades afines.

¿Cómo se está viviendo esta crisis de la vivienda desde el punto de vista de las personas con necesidades especiales?
En la residencia hemos pasado de 20 a 40 plazas y se están creando 10 más de vivienda supervisada. Las personas que atendemos tienen grandes necesidades, y las familias necesitan esos ingresos económicos para adaptar su vivienda. Cargan con mucho a sus espaldas y necesitan apoyo. Por eso en Aspace trabajamos el respiro familiar, que puedan llevar a su hijo a un centro donde esté bien atendido, en condiciones dignas. Para poder atender correctamente a las personas con discapacidad necesitamos tiempo para nosotros: poder hacer un viaje, atender una urgencia o simplemente descansar. Todo lo que se pueda ofrecer a las familias es muy importante; son un pilar fundamental.

Tu proyecto actual tiene mucho que ver con la salud mental, precisamente.
T’Estim es un proyecto que me enganchó desde el principio porque trabajaba en una entidad social, con personas en riesgo de exclusión. El proceso de sembrar la planta de la infusión, recogerla, transformarla y envasarla lo llevan a cabo personas con diagnóstico de salud mental. Tienen una formación teórico-práctica dual, un trabajo remunerado al tiempo que ganan experiencia para acceder al mercado laboral con una formación acreditada y comenzar su propio proyecto de vida.

Cada vez se habla más de la importancia de cuidar nuestra salud mental, pero el entorno laboral es muy exigente. ¿Estamos realmente concienciados?
Se ha creado la Dirección General de Salud Mental de las Islas Baleares dentro de la Conselleria de Salud porque se entiende que es un tema importante, y se va normalizando. La salud mental ha estado estigmatizada durante mucho tiempo, y lo que intentamos es quitarle esa “g” a la palabra, que quede en “estima”. Tenemos que querernos y cuidarnos si queremos cuidar a los demás, y darle la importancia que merece a la salud mental. A partir de ahí, trabajar para que se normalice la interrelación entre personas en riesgo de salud mental y la sociedad.

Mayo es el Mes Nacional de Concienciación sobre la salud mental. ¿Qué es lo que más le llama la atención de trabajar en este ámbito?
Estoy empezando a conocer la problemática y me impacta, desde el punto de vista de que hoy puedes tener una vida normal y mañana sufrir un problema de salud mental, y agradeces que existan redes de apoyo que puedan ayudar a estas personas.


CARA A CARA

La mejor parte de tu día:
La que más disfruto es llegar a casa después de trabajar, cuando he atendido a mis hijos, cenamos y puedo bajar revoluciones.

Un personaje que admires:
Jaume Marí, que fue presidente de la confederación Aspace, me impactó bastante y me aportó mucho. Pep Guardiola, más allá del fútbol, ​​me gusta su forma de gestionar los recursos humanos.

Un libro:
La isla del tesoro, la primera novela de aventuras que leí cuando era niño.

Una película:
El 47. Yo he nacido en Mallorca, pero mis padres tuvieron que emigrar de un pueblo de Ciudad Real, Albaladejo, en los años 70.