RADARES PEDAGÓGICOS, AVISO A LOS CONDUCTORES PARA QUE LEVANTEN EL PIE DEL GAS

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A los tres radares móviles existentes desde la anterior legislatura (en la calle Cabana, en Pòrtol y Pla de na Tesa), el departamento de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento sumará estas primeras semanas de 2020 un cuarto dispositivo, que se ubicará en la avenida de Antoni Maura, en Es Pont d’Inca, concretamente a la altura del colegio Santa Teresa.

En todos los casos, como explica el concejal del área, Pedro López, el objetivo de los radares pedagógicos no es otro que actuar sobre los conductores con carácter disuasorio. «Está demostrado, con cifras en la mano, que los conductores, al ver el radar, automáticamente levantan el pie del gas; es decir, reducen la velocidad, lo que está claro que redunda en una mayor seguridad y, por tanto, en un menor riesgo de accidente «.

Así, a pesar de que los radares pedagógicos no tienen (por ellos mismos) carácter sancionador, los datos también demuestran un descenso de las multas por exceso de velocidad en aquellos puntos en que estos aparatos disuasorios están instalados, y lo hacen cerca de un 20%. En todo caso, según avanza López, «nuestra idea es acabar teniendo repartidos por distintos núcleos y enclave del municipio hasta seis radares móviles».

Los radares pedagógicos instalados (más aquellos que se colocarán en el futuro) marcan una velocidad variable en relación con las características de la vida donde se ubiquen: por lo tanto, pueden ser de 30 o 40 km/h.

Además, como explica el concejal, «con el fin de producir un impacto sobre los conductores, pueden programarse para que muestren una luminosidad más o menos acentuada o iconos distintos al paso de los vehículos para indicarles que están conduciendo correctamente o bien que están superando el límite de velocidad permitido. Además, cada cierto tiempo los podemos variar. En definitiva -resume López, todo es poco para que en Marratxí tengamos una circulación de vehículos conforme a las velocidades permitidas en las diferentes vías del municipio, con el consiguiente beneficio para todos, tanto para a los mismos conductores como para los peatones «.

Como elemento positivo a añadir a los radares móviles, López habla de que «nos permiten, a través de los diferentes datos que la tecnología nos ofrece, hacer una foto fija del lugar donde están emplazados. Así, de cada punto podemos saber el número de vehículos que pasan cada día (semana, mes o año), también las horas de máxima frecuencia de paso, además, claro de la velocidad, entre otras variables «.