Miguel Ángel Durán: “Mi sueño es ver una película mía en el ‘top manta'»

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A base de talento y esfuerzo, está empezando a hacerse un nombre en el siempre complicado mundo del cine. De momento, ya ha dirigido tres cortometrajes (La melodía del mal, Fuera de juego y El niño de oro) y va camino del cuarto. En paralelo, también trabaja en la publicidad. De todas estas cuestiones, entre otras, habla Miguel Ángel Durán.

-¿De dónde le viene el interés por el mundo de la realización?

-En mi casa siempre ha habido interés por el cine; cada semana íbamos, me gustaba mucho. Y un día, cuando estudiaba segundo de ESO en el instituto de Marratxí, nos encargaron hacer un video en inglés. Hicimos un grupo de trabajo y decidimos hacer un cortometraje que dirigí, si bien todos hacíamos un poco de todo… Lo cierto es que cuando se proyectó noté un muy buen retorno, mucha gente me decía que les había gustado mucho, que les había llamado la atención. Yo nunca había destacado en los estudios ni en deporte ni nada, pero se ve que esto se me daba bien. Entonces, empecé a interesarme aún más seriamente por el cine para entender cómo funcionaba, en un principio de manera autodidacta. Empecé a seguir a directores de referencia como Steven Spielberg o Tim Burton; y vi que había muchos tipos diferentes de cine, no sólo el comercial, sino también el independiente. En este contexto, fue cuando me decidí estudiar Dirección de Cine en Barcelona.

-¿Qué es lo más importante que aprendió, en esta formación?

-Ahí aprendí que en imagen todo tiene importancia y un porqué, nada es aleatorio. Es decir, cuando miras una película y te gusta es por algo, es porque todo está bien estructurado y bien pensado. Todo es una cadena. Lo importante es saber qué quieres contar y cómo lo quieres contar para transmitir bien las emociones que efectivamente quieres transmitir.

-Como cineasta, ¿tiene Miguel Ángel Durán algún referente?

-Stanley Kubrik es el que está más arriba para mí. Fernando Vidal, uno de los compañeros del grupo del instituto con quien hicimos el corto, me recomendó ver La naranja mecánica. Y ya el primer día la vi dos veces. Es una película con mucho mensaje y a mí me supuso un clic, un punto de inflexión importante, porque a partir de ahí decidí estudiar cine.

-Está compaginado el cine y la publicidad a día de hoy. ¿En qué se parecen y en que divergen la realización cinematográfica y la publicitaria?

-En el cine, normalmente, disfrutas de más libertad para tomar las decisiones creativas. Dicho de otro modo, sueles tener la última palabra, lo que no ocurre cuando estás en la publicidad, en la que generalmente eres un empleado de un cliente: hay una marca que te contrata a través de una agencia de publicidad, que ya tiene un guion predefinido. Puedes aportar como realizador tu punto de vista, pero la última palabra no la tienes tú. A veces, incluso te llegas a plantear por qué te llaman si ya lo tienen casi todo hecho.

-Por lo tanto, se debe sentir más cómodo trabajando en el cine…

-Sí, me gustaría más dedicarme al cine, aunque sé de las dificultades que comporta en España, sobre todo si hablamos de estabilidad económica a largo plazo. En todo caso, la publicidad la veo como una buena escuela para el cine, en el sentido de que tienes unos horarios, unos calendarios que cubrir; por lo tanto, tienes una presión encima a la hora de trabajar. Además, en publicidad, suele haber presupuesto y se puede disponer de los mejores recursos (cámaras buenas, buenos objetivos, los mejores profesionales). Basta decir un anuncio, por un día de rodaje, puede costar unos 120.000 euros, cantidad que para un cortometraje equivale a una superproducción. En los cortometrajes precisamente no hay unas tarifas establecidas para pago a los profesionales, sino que depende de los recursos que uno tenga en un momento determinado.

-¿Cómo definiría su momento profesional?

-Creo que apenas estoy empezando; los años anteriores han sido de aprendizaje; he estado haciendo de montador, con lo cual me he podido pagar mis cosas, mis cortometrajes. Por ejemplo, hace unas semanas grabé un anuncio en Madrid para Navidul para el Día de la Madre y ya estamos trabajando con clientes potentes.

-¿Qué retos de futuro se plantea? ¿Cree que ya tiene un estilo por el que se pueda identificar su trabajo cinematográfico?

-La idea es hacer largometrajes y series, que es donde hay más producción, es lo que está de más de moda diríamos tanto en España como en el extranjero. ¿Estilo? Yo no lo veo, no soy consciente, si bien he de reconocer que sí hay gente que me dice que sabe reconocer un trabajo mío. Considero en todo caso que todavía es pronto; creo que el estilo se podrá ir definiendo con el tiempo, cuando tienes ya una carrera algo más larga. Sí que es verdad que hay elementos que pueden determinar un estilo concreto: las fotos, el color, repetir con los mismos actores, el género… En este sentido, me gusta particularmente el fantástico, el terror, la ciencia ficción. Debo decir, sin embargo, que el segundo de mis cortos, Fuera de juego, es una comedia, y es lo que me ha dado más premios y más satisfacción personal. Siempre me ha gustado más dar miedo que hacer reír, aunque se suele decir que lo más difícil es esto último…

-¿Sus sueños laborales pasan por Hollywood?

-Hollywood es un mito, pero me consta que tienes poca libertad para trabajar. Lo que sí me gustaría es que productoras norteamericanas me quisieran ayudar a llevar adelante mis proyectos, pero siempre conservando mi libertad creativa. Lo que suele ocurrir últimamente es que si uno hace buen trabajo aquí en Europa (caso, entre otros y por ejemplo de Amenábar) vienen los norteamericanos, te contratan, te vas para hacer el trabajo que tienes que hacer y regresas. Un caso excepcional en este sentido es el del director catalán Jaume Collet-Serra. El caso es que Collet Serra vive allí desde hace muchos años, y suele tener como actor protagonista a Liam Nesson. Por cierto, a Collet- Serra lo conocí en un supermercado en Hollywood mismo, una temporada de vacaciones que estuve por allí. ¿Sueños? Ver una película mía en el top manta. La compraría, por supuesto que sí.

-¿Qué proyectos inmediatos tiene entre manos?

-Esperemos estrenar en Navidad un nuevo cortometraje de ciencia ficción titulado Bionic, producido por Singular Audiovisual. A estas alturas, ya tenemos el apoyo de IB3, del Ayuntamiento de Marratxí y del sector privado. Tendremos dos actores de Barcelona y otro de Mallorca, y el rodaje, también en la isla, lo empezaremos a finales de agosto.

-¿Cómo valora el momento actual del cine balear?

-Creo que está en el mejor momento de su historia, diría. Llevamos dos años ganando un Goya, algo que no había pasado nunca. Además, aquí se hacen series buenas (Treu foc, Amor de cans…), hay una producción importante. Tenemos profesionales de mucha calidad, que sorprenden a la gente que viene de fuera por las buenas prestaciones que demuestran, sobre todo en cuanto al apartado técnico.

-Sus cortos hasta ahora han sido en castellano…

-Sí, yo siempre he pensado en este terreno, llegar a cuanta más gente, mejor. Había pensado hacer el próximo corto en inglés, pero de momento lo he desestimado.

-¿Cómo ve Marratxí desde su óptica?

-Nací en Pòrtol y desde 1999 vivo en Sant Marçal. Creo que este gobierno ha hecho muchas mejoras. Basta ver el Ayuntamiento como está ahora mismo, con la reforma que han hecho. Los carril-bici, las paradas de bus… Personalmente, siempre que he necesitado algo del Ayuntamiento me han ayudado. Para Fuera de juego, me han pagado la distribución, y también un patrocinio para el próximo que tengo que hacer. Es gente interesada por la cultura.