La historiadora marratxinera Bàrbara Tomàs, nacida en 1992, ha escrito el libro «Els mestres d’aixa de Mallorca» junto con Bernat Oliver, arqueólogo experto en patrimonio marítimo. Una investigación sobre estos artesanos que se dedicaban a construir barcos de madera y que eran reconocidos en todo el Mediterráneo por la calidad de su trabajo y por saber combinar de forma magistral el arte y la técnica. De hecho, en 1.750 el gobierno de Francia pidió al rey de España que le enviara tres maestros mallorquines para construir cuatro barcos de la armada francesa. Con la irrupción de la fibra de vidrio y los plásticos, ya no se construyen barcos de madera y els mestres d’aixa actualmente se dedican sobre todo a tareas de restauración. Durante la entrevista Bàrbara Tomàs también reivindica la riqueza cultural y patrimonial de Marratxí, donde cree necesario investigar para documentar el trabajo de los artesanos del fang, sobre la Guerra Civil o el pasado industrial del municipio.
¿Qué queda de los mestres d’aixa en 2020?
Actualmente hay una treintena de mestres d’aixa en Mallorca que se dedican al oficio. Hay grandes estirpes que aún siguen trabajando y otros de nueva generación, la mayoría de ellos independientes, que ya no pertenecen a grandes familias y que se han formado mayoritariamente en la escuela de mestres d’aixa del Consell de Mallorca.
¿Cómo vivían els mestres d’aixa?
Antiguamente se dedicaban a la construcción de barcos de madera y tenían trabajo todo el año porque los pescadores necesitaban tener a punto las barcas de madera, pero ahora sólo hemos testimoniado tres o cuatro barcas construidas en dos años. Ahora mismo la dedicación principal consiste en restaurar o hacer arreglos a las barcas de madera que quedan. Eran empresas familiares, algunas de ellas muy conocidas, como los Pelaires de Alcúdia, los Cclamors, los March de Sóller… Otras estirpes han desaparecido porque los sucesores dejaron el oficio cuando ya no había una demanda de construcción, como Damià Mascaró que era heredero de los Sala de Campos, y dejó el oficio. También tenemos el caso de maestros que se han adaptado y se han abierto al mercado de fibra de vidrio, pero siempre han mantenido el trabajo con las barcas de madera, aunque con menor demanda.
¿Quiénes eran sus clientes?
Tradicionalmente sus clientes eran los pescadores. Los mestres d’aixa reparaban sus barcas pero ahora los llaüts se han ido reduciendo y han buscado otros sectores. Por ejemplo hemos encontrado algunos maestros que trabajan con grandes yates y veleros, construyendo partes que tradicionalmente no hacían los maestros, como las plataformas y trabajos de carpintería. Ahora mismo podemos decir que la principal dedicación del mestre d’aixa con las barcas de madera es la restauración.
¿Qué perfil tienen los actuales mestres d’aixa?
Tienen entre 40 y 60 años, y hay una segunda generación más joven, entre 30 y 50 años, que básicamente se formó en la escuela de mestres d’aixa del Consell Mallorca.
¿Piensas que los ciudadanos conocen lo que son los mestres d’aixa y la importancia que tuvieron?
Es verdad que es un oficio artesano algo desconocido. Esperamos que este libro ayude a reconocer su trabajo. El oficio no desaparecerá mientras haya barcas de madera, los mestres d’aixa han quedado para restaurarlas y conservarlas. El libro cuenta con una colaboración de lujo. El pintor Miquel Barceló os ha pintado un óleo de un llaüt para la contraportada que ilustra el trabajo que hacían estos artesanos.
Miquel Barceló colabora con nosotros con un óleo de un llaüt y lo agradecemos mucho porque somos conscientes de que es un valor añadido para el libro.
¿Qué futuro le ves a los mestres d’aixa teniendo en cuenta que ya no se construyen barcos de madera y que su tarea ha quedado reducida a la restauración?
Se puede intuir un futuro de cambios y de nuevos retos, pero por nada del mundo hablaría de una desaparición del oficio, sino más bien de una transformación. Como se puede ver en el libro, el oficio vive un momento de cambios, pero esto no significa que desaparezca, ni mucho menos. Mientras haya barcas de madera, habrá especialistas encargados de su construcción, aunque sea esporádica, así como de su restauración.
¿Recuerdas alguna anécdota o e historia personal después de tantas entrevistas y tiempo de investigación?
Una anécdota que me parece muy graciosa y que nos han contado muchos maestros ya retirados, los más mayores, es que cuando tenían que lanzar una barca al mar, participaban todos los vecinos, como si fuera una fiesta. Entre unos y otros avisaban de que al día siguiente llevarían las barcas al muelle y la gente de los talleres, maestros y operarios, contaban con la ayuda de la gente del pueblo. Muchos han descrito este momento como una fiesta, y de hecho, hemos tenido suerte de poder reflejarlo en algunas fotografías. Un valor añadido ya que son fotografías tomadas entre los años cuarenta y sesenta del siglo pasado.
-¿Cómo puede un ciudadano acercarse al mundo de los mestres d’aixa?
Actualmente para conocer el oficio nos podemos acercar al Museo Marítimo de Sóller, y también a su sede de Ses Voltes, en Palma, donde a menudo organizan charlas. También desde el Consell de Mallorca se está trabajando para divulgar el oficio. Cuenta con un taller de mestres d’aixa (situado en Son Bonet, donde trabajan cinco maestros), que se dedican a la restauración de las barcas del Consell y a la difusión del oficio a diferentes escuelas de la isla. Además abren una vez por semana para mostrar el taller y sus trabajos al público, como por ejemplo, toda la investigación que están haciendo clasificando las plantillas de diferentes mestres d’aixa de la isla. También organizan salidas con el llaüt ‘Balear’ desde el puerto de Palma, que puede ser una oportunidad para acercarse directamente a la navegación a vela y al mismo tiempo conocer detalles vinculados al patrimonio marítimo.
¿Como marratxinera, te gustaría hacer alguna investigación sobre oficios o sectores tradicionales del municipio?
Sin duda. La investigación es necesaria para sentar las bases de nuestro futuro como municipio y en general, como sociedad. En este caso, encuentro que un buen ejemplo, que identificamos a menudo como sello del municipio, y tradicionalmente, en las áreas de Sa Cabaneta y Pòrtol, es la artesanía del fang. Las ollas, los siurells, las jarra bordadas … son piezas únicas hechas por manos que a menudo han heredado el saber hacer de sus antepasados. Diferentes técnicas, materiales y acabados que hacen que sea un producto único, similar a la artesanía de los mestres d’aixa, proyectando y construyendo barcas de madera. Si no me equivoco, el último estudio que se hizo en este campo es de hace unas treinta años. Lo más curioso es que estas últimas décadas los cambios han sido más rápidos y más bruscos.
Unos años en los que, además, ha habido una gran transformación tecnológica y productiva
Todo lo que ha comportado el avance tecnológico, la globalización, ha afectado muchísimo a toda la artesanía. Si hace treinta años estos cambios ya se manifestaban, imagina ahora. Por ello, sería muy interesante investigar el estado actual de los diferentes artesanos del fang de Marratxí, porque en tres décadas han cambiado muchas cosas y convendría documentar qué queda del oficio y de las técnicas artesanas, para poder divulgarlas y conservarlas correctamente. Tenemos suerte de vivir en un municipio muy rico, y hay más temas para investigar. Por ejemplo, en el Archivo Municipal hay documentos muy interesantes de la Guerra Civil, también tenemos buenos ejemplos de arquitectura industrial, nuestras posesiones, que guardan también todo un patrimonio, como mobiliario de la época, obras de arte, la misma arquitectura, etc.