José Manuel Valverde Rubio, presidente del Colegio de Médicos de las Islas Baleares, nació en Madrid en 1956, pero vive en Mallorca desde 1983, razón por la que confiesa que se siente plenamente mallorquín. "A yo me sacan de Mallorca y me ahogo". Valverde es médico de familia en el centro de salud de Martí Serra desde 1992, lugar desde donde ha atendido a miles de pacientes y desde donde ha visto crecer Marratxí "hasta el infinito". En el último año ha visto como la sanidad pública ha respondido "con gran flexibilidad" a una crisis sanitaria inédita en un siglo.
-¿Cómo vivieron en el centro de salud la llegada de la pandemia y cómo se han adaptado durante tantos meses a una situación tan anormal?
Un jueves nos comunicaron que el siguiente lunes las consultas pasaban a ser telefónicas. La verdad es que no fue nada fácil. Fue muy complicado porque no disponían de líneas telefónicas ni tampoco de teléfonos y tuvieron que emplear nuestros teléfonos personales para contactar con los pacientes. Tampoco había material de protección para proteger a los pacientes y los profesionales. Pasados los primeros días, comenzaron las consultas presenciales. La verdad es que nunca hemos trabajado tanto. De hecho, nunca había trabajado una Semana Santa hasta la del año 2020. Hemos estado funcionando de forma mixta, tanto de forma telefónica como de forma presencial.
-Recuperado el funcionamiento normal de consulta, ¿se siguen perdiendo citas para que el paciente no se presenta? Pasados los meses, ahora ya empieza a haber pacientes que piden cita y no vienen al centro de salud, y gente que viene sólo para pedir una receta o unos resultados, supongo que es cuestión de tiempo hasta que haya una directriz. La verdad es que las citas que se pierden distorsionan mucho el servicio. Se pierden entre un 15% y un 20% de las citas tanto en atención primaria como en atención especializada para que la gente no se presenta a las consultas. -¿Como evalúa el funcionamiento del centro de salud de Martí Serra y el comportamiento de los pacientes durante la pandemia? Globalmente los pacientes se han llevado de forma magnífica, estoy muy contento con ellos. -La pandemia ha supuesto un antes y un después en la atención telefónica, una modalidad de atención que hasta ahora parecía impensable Sí, pero nos hemos quedado en la consulta telefónica y no hemos llegado a la consulta telemática. Hemos perdido una oportunidad porque con una cámara y un micrófono, y viendo la cara del paciente, se podría haber llegado muy lejos. No hablamos de todos los pacientes, pero si podría haberse empleado para una parte de ellos. ¿Cómo se encuentran los profesionales sanitarios tras una crisis sanitaria tanto prolongada? Están cansados y enfadados. El reconocimiento por parte de la sociedad se nota cada día. Hemos sentido mucho más el apoyo de la sociedad que de las autoridades sanitarias. Todavía hoy no hemos visto ni un euro de las promesas que se hicieron. Incluso una subida que se hizo a nivel nacional no se ha aplicado a nivel autonómico. -¿Cómo valora el ritmo de vacunación? Como la vacunación comenzó por la gente de más edad, al principio parecía que en Baleares estaban atrasados al no tener una población tanto envejecida como otras comunidades. Pero nos hemos ido poniendo al día. El otro día estuve en el polideportivo Germans Escalas y la verdad es que funciona como una máquina, no se pierde un minuto, es una maravilla. Sabían que en cuanto hubiera vacunas, estaban preparados para hacerlo. -¿Qué debilidades sanitarias ha evidenciado la pandemia? No estaban preparados en abosoluto. No había ningún plan ni organización ni tampoco había medios. No había mascarillas, ni EPIS, ni nada. Aún recuerdo los videos que circulaban por transformar bolsas de basura en EPIS, o hacer mascarillas con acetatos. Fue todo muy casero. No estaban preparados, no había ningún entrenamiento en atención telefónica. Probablemente se han cometido errores pero a pesar de los fallos, la flexibilidad sanitaria ha estado a la altura. Durante esta crisis sanitaria se ha reclamado con más énfasis un aumento de personal y de plantillas, tanto de enfermeros como de médicos porque las plantillles están muy mermadas. La precariedad y el exceso de profesionales interinos no viene de ahora. Cada verano ha sido muy difícil porque no hay médicos ni enfermeras y esto se ha evidenciado durante la pandemia. Y el problema es que no hay una solución a corto plazo. Tenemos una universidad pero no basta porque el número de jubilaciones está muy cerca del número de incorpraciones. Y en un futuro será peor porque tendremos una merma de 200 o 300 profesionales cada año. -¿Por qué no se ha previsto el refuerzo de las plantillas, tal como se hace en la empresa privada? El problema es que no hay de donde tirar. Se dejó de sustituir y la gente se marchó y ahora cuando los necesitas no están. Con la nueva universidad y la capacidad de fabricar nuevos médicos no basta porque si salen 20 médicos pero se jubilan 60... y tampoco conseguimos que vengan médicos a Baleares. En todas las comunidades hay deficiencias y todo el mundo trata de fidelizar a sus médicos. Tenemos una retribución por residencia que es infinitamente más baja que en las Islas Canarias. La vida en Baleares es muy cara, un Mir de primer año gana 1.200 o 1.300 euros y si tiene que pagar 1.000 euros de alquiler es muy difícil que quieran venir. -Cuéntenos por qué el Colegio de Médicos de Baleares ha sido tan crítico con el nuevo sistema de elección de plazas de los MIR. Sí, porque perjudica a los MIR. Antes sacabas un número y mirabas todas las plazas que quedaban en todas las ciudades de España. Ahora tú ya no ves lo que queda; si tú sacas el número 1.400 deberás pedir todas las plazas vacantes, pero no ves qué plazas quedan. Es una elección a ciegas, te juegas la vida y tu especialidad y es una lotería, estás a lo que diga la máquina. Los MIR están muy enfadados, ha habido manifestaciones y han recibido el apoyo de la Organización Médica Colegial y de los colegios médicos de toda España. -Háblenos de la sanción de seis años de suspensión y 16 mil euros de multa a un médico negacionista del Covid impuesta por el Colegio de Médicos de Baleares, una sanción ejemplar que ha tenido mucho eco a nivel nacional. El proceso ha sido largo porque debe ser muy garantista y revisar si ha habido incumplimientos de código ético y deontológico. Había múltiples incumplimientos y sumando puntos salió esta sanción. Era una persona que, además, amenazaba con denunciarnos y llevarnos a la cárcel y reclamaba la presencia del Colegio en debates televisivos, pero así era darle cuerda y visibilidad. Yo he recibido la felicitación del resto de colegios de España. Hay colegios que estaban en procesos paralelos y que nos han pedido la documentación para servirlas de modelo para casos similares. -¿Como valora la atención sanitaria primaria de Marratxí? Llevo en Marratxí desde 1992. La población ha crecido infinitamente. Tenemos una ratio en este centro que bordea los 2.000 pacientes por médico, muy por encima de las cifras que aconseja la Organización Mundial de la Salud. E incluso estamos por encima de los centros de salud de Baleares, donde la media es de 1.700 tarjetas sanitarias que, a su vez, están por encima de los 1.500 tarjetas sanitarias del resto de España y de las 1.300 tarjetas que aconseja la OMS. -¿Qué opina como presidente del Colegio la situación sanitaria de Baleares? La creación de la Facultad de Medicina ha sido un avance infinito para fabricar los nuevos propios médicos. Y el Colegio estuvo absolutamente a favor. El 061 de Baleares ha sido un referente a nivel nacional y las Islas han sido pioneras en otras muchas cosas a nivel hospitalario. Las Baleares tienen el hándicap del coste de la vida. Yo soy de Madrid, pero llevo a Mallorca desde 1983. yo me sacas de Mallorca y me ahogo. Empecé en Bunyola en 1983 y no tenía casi ni medios e, incluso, tenía que acabar pronto porque compartía la sala de espera con la asociación de ball de bot. -La sanidad privada en las Islas tiene un peso importante, ¿cómo valora su función? El peso de la sanidad privada es importante en Baleares y eso descarga mucho a la sanidad pública. Si consigues cita en la sanidad privada, estás dejando una vacante en la sanidad pública. A nivel de atención primaria y de pediatría, la sanidad pública no tiene rival porque no tiene medios ni la capacidad de la sanidad pública. La verdad es que nunca enfrentaría a la sanidad pública con la privada. Estaríamos mucho más agobiados sin ellos. La sanidad privada es un valor y debemos aprovecharla.


