Maria Úbeda, mejor nota del MIR de la UIB en 2025

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La especial dificultad del examen MIR 2025 no pudo resistirse a las más de diez horas diarias que Maria Úbeda dedicó a prepararlo. La futura médica, residente en Son Ramonell, obtuvo la mejor nota de la tercera promoción de Medicina de la UIB, lo que la situó entre los novecientos primeros de los trece mil aspirantes que luchaban por elegir su plaza soñada.

Fue una alegría compartida…

Sí, recibí mucho reconocimiento, tanto por parte de la Universidad de las Islas Baleares, que me hizo un video, como de los medios de comunicación. También me recibió el Ajuntament de Marratxí.

¿Cuántas horas dedicaste al estudio durante la carrera y luego a la preparación?

Si vas estudiando día a día, te lo puedes sacar. Yo, durante la carrera, estudié, pero tampoco le dediqué muchas horas porque jugaba a vóley y tenía mis aficiones. Sí que todos teníamos claro que la preparación del MIR era una temporada en la que teníamos que encerrarnos a dedicarle horas. Incluso podíamos llegar a estudiar 10, 11 y 12 horas al día, dependiendo de la etapa.

Y con una nota tan alta se te abren una infinidad de oportunidades. ¿Qué especialidad has elegido?

Aún no lo tengo muy claro, pero ahora mismo estoy entre endocrinología y medicina de familia. A pesar de eso, me inclino un poco más hacia endocrinología. Creo que es una especialidad que tendrá mucho peso en el futuro, por la diabetes, la obesidad, la relación con las hormonas…, y todavía sigue siendo una gran desconocida para la sociedad.

¿Qué consejo darías a una persona que se tiene que presentar próximamente a un examen tan importante?

En el caso del MIR sabes que cada año tendrás una fecha de examen y que te podrás presentar todas las veces que quieras. Por otro lado, para mí lo más importante es mantenerte fuerte mentalmente, son ocho meses en los que tienes que dar el cien por cien, tienes que estar concentrado. Eso sí, siempre respetando el descanso, el tiempo de ocio, y confiar en que la academia está formada para guiarte. Y también se tiene que disfrutar, porque yo ahora tengo un gran recuerdo de esta etapa, aunque no la repetiría.

Hablemos de referentes femeninos…

Siempre se asocia médico a hombre y enfermera a mujer. Eso, por suerte, está cambiando, hay mucha presencia de mujeres en nuestra facultad, mucha, y tenemos buen recuerdo de nuestras profesoras de oftalmología, otorrinolaringología, ginecología… Sin ir más lejos, en mi casa, mi madre es la referente, la que siempre nos empuja.

Pones punto y final a una etapa, ¿cambiarías la narrativa?

No, todo lo que he hecho para bien me ha ayudado, y para mal, me ha enseñado. Me imagino que ahora tendré que afrontar nuevos retos que no serán un MIR, quizás una oposición para tener plaza fija. Todos estos aprendizajes son herramientas que te sirven para el día a día, no solo en el trabajo, sino también en tu entorno.

¿La sanidad pública necesita cambios?

Yo opino que sí, soy defensora de la sanidad pública. Aún no estoy del todo metida, considero que se ha degenerado la relación médico-paciente. Los pacientes han perdido la confianza en los médicos, porque ven que hay largas listas de espera o tiene 5 minutos para atenderlos, y, por lo tanto, no pueden estar con ellos todo lo que quisieran. Todo esto acaba convirtiéndose en burnout (síndrome de agotamiento profesional).

«Los pacientes han perdido la confianza en el médico, que tiene cinco minutos para atenderlos después de pasar por las largas listas de espera»

Según un estudio hecho por The British Medical Journal, las elevadas tasas de suicidio de médicos han ido disminuyendo con los años. Sin embargo, las cifras siguen siendo más altas en el caso de las médicas. ¿Cuál sería el motivo?

En la facultad no nos han explicado por qué sucede, pero hice un trabajo sobre el síndrome de agotamiento profesional, que está muy relacionado. Creo que pasa más en mujeres por el estereotipo de mujer cuidadora. Muchas veces la persona que estudia o que trabaja en sanidad acaba soportando el peso de los pacientes sin, a veces, ser consciente de qué es lo que necesita uno mismo. Te encuentras ante una administración que constantemente pone trabas y unos pacientes que cada vez están más enfadados, con motivo, por las circunstancias que se dan. Pues sí, podría llegar a entender esas cifras.

Es una realidad ignorada…

Tenemos la suerte de que en la carrera de Medicina hay cuatro o cinco años de residencia, dependiendo de la especialidad, en los que estamos un poco guiados por nuestros adjuntos. Pero hay otras, como enfermería, que te sueltan a trabajar y ya te aclararás tú solo. Aún así, en ningún momento se nos prepara, a los sanitarios, no solo a los médicos, para afrontar lo que supone estar cuidando y tratando constantemente a la gente. Creo que es un trabajo que se debería abordar, porque no todo el mundo ha nacido siendo buen orador, ni sabiendo comunicar o teniendo empatía.