Anna Traveset y Xavi Canyelles son dos personas interesadas por el mundo que nos rodea. Traveset investigadora en interacciones ecológicas entre especies, sobre todo en las de polinización y dispersión de semillas. Trabaja en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), un centro mixto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universitat de les Illes Balears. Canyelles es ilustrador y naturalista, especializado en entomología. Su pasión por los insectos lo lleva a realizar tareas de identificación de especies y también de dibujarlas. Ambos son los autores de un tríptico informativo sobre las avispas alfareras, folleto editado por el Ayuntamiento de Marratxí y el mismo IMEDEA.
La gestación de este proyecto tuvo que ver con la celebración de la ‘Fira del Fang’. «La idea surgió a raíz de presentar el póster de avispas de Baleares que habíamos hecho con Xavi. El día que lo presentábamos en la Conselleria de Medio Ambiente, se me ocurrió hacer algo especial, como un tríptico, sobre este grupo de avispas porque vivo en Marratxí y se acercaba la ‘Fira del Fang’ «, comienza explicando Traveset.
El objetivo del tríptico informativo es claro: dar a conocer estos insectos tan especiales que viven con nosotros y que debemos conservar y proteger para las futuras generaciones. «Estas avispas, aparte de ser controladores de plagas, especialmente de orugas de mariposas, son excelentes polinizadoras, ya que son florícolas».
Preguntados si las avispas alfareras pueden ser consideradas «artesanas del barro», la respuesta de Traveset y Canyelles es también clarísima. «Sin duda. Basta ver la estructura de sus nidos para confirmarlo. Trabajan con mucho cuidado, yendo a buscar el barro, prensando como es debido sobre la superficie donde anidan, y dándole la forma adecuada. Auténticas artesanas!».
Los dos autores del tríptico explican las características diferenciales de las avispas alfareras. «Tienen el abdomen adaptado a poder ser utilizado como» herramienta «para modelar el barro consiguiendo construir estructuras que son diferentes para cada especie. Estas estructuras son realmente nidos, o cámaras protectoras de las larvas de las avispas. Una vez que la avispa ha terminado su obra, se va a capturar orugas o arañas a las que, mediante su aguijón, les inyecta una cantidad de veneno que las deja vivas pero dormidas, sin constantes vitales activas. Después, estas presas dormidas son depositadas dentro de la cámara, y acto seguido, la hembra pone un huevo fecundado a bordo. Finalmente tapa herméticamente la estructura y se prepara para construir otra. Dentro del nido de barro, la larva o cría de avispa obtiene todo el alimento necesario comiéndose las presas dormidas que encuentra a su alrededor. Una vez terminada la comida, se transforma en crisálida hasta que se convierte avispa adulta, la cual sale del nido de barro rompiéndolo por un lateral con la ayuda de las mandíbulas, que, por cierto, también utiliza para prensar, masticar, cortar y modelar el barro mezclándolo con agua y su saliva especial «.
En cuanto a la forma de los nidos elaborados, puede ser muy diversa. «Pueden ser las típicas ollas o cápsulas alargadas, así como también superficies con orificios uno al lado del otro o acumulaciones de piedras agrupadas con barro formando columnas sólidas y vacías».