Grupos de conversación, una manera cercana y ágil de aprender la lengua

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El servicio de dinamización lingüística del Consell de Mallorca tiene como objetivo promover la conciencia lingüística de los ciudadanos y el uso del catalán en todos los ámbitos y las actividades de la vida social de la isla. Este servicio realiza en varios municipios de Mallorca una batería de actividades que favorecen que el catalán sea lengua de cohesión social e inciden especialmente en la población infantil, joven y recién llegada.

El centro de Ca ses Monges del Pla de na Tesa acoge desde hace unos meses dos grupos de conversación organizados por técnicos del Plan de Dinamización Lingüística para preservar y fomentar el uso de la lengua catalana. Un taller que se realiza los miércoles de 17 a 19 horas para las personas mayores; y otro que se reúne de 19 a 21 horas para jóvenes y niños.

Las diferentes sesiones celebradas en el centro han servido a los participantes para acercarse a las rondalles mallorquinas, al teatro o a las glosas. También se han formado grupos de conversación para que los participantes hablen y pongan en práctica sus habilidades lingüísticas y para potenciar el uso y el conocimiento de la lengua oral.

El objetivo de estos talleres es hablar en catalán, perder el miedo a expresarse en una lengua nueva y adquirir habilidades lingüísticas. “Primero vemos el nivel de los participantes, muchos de ellos parten casi de cero, y nos acercamos a los temas y a las inquietudes que les interesan y les invitamos a hablar. Tratamos de que el dinamizador tenga poco peso para que la gente hable”, explica Miquel Pascual, técnico del plan de dinamización lingüística del Consell de Mallorca.

Durante el mes de septiembre el grupo de gente mayor realizará sesiones de cuentacuentos y actividades manuales, además de juegos de cartas y juegos de mesa. El pasado 24 de agosto celebraron una actividad muy especial. Visitó el grupo de conversación el glosador Mateu Xurí, que impartió un taller de glosas.

Durante su intervención Mateu Xurí explicó su trayectoria de más de veinte años y habló de los diferentes glosadores de toda la isla que le han influido en su aprendizaje. Las persones participantes recordaron glosas antiguas e incluso alguno se animó a glosar. Se vivieron momentos muy emotivos, como el que experimentó Nadal, un señor que acababa de cumplir 98 años, y a quién Mateu le dedicó una glosa improvisada.

Hablar sin prejuicios

Los técnicos afirman que en estos grupos de conversación los participantes tienen la oportunidad de practicar la lengua y de hablar todo el tiempo en catalán, algo que no siempre sucede en la calle. “Los autóctonos no se dirigen a ellos en catalán por su acento o color de piel. Entonces le giran la lengua y les hablan en castellano, y esto no les hace ningún bien. Aquí, en cambio, tienen un espacio muy indicado para practicarla y es cierto que la evolución es muy rápida porque los recién llegados son como una esponja”, asegura Miquel Pascual.

Recientemente, han comenzado otros dos grupos de conversación en Marratxí. Uno en Pòrtol, formado por once personas, que se reunirá los lunes de 18 a 19.30 horas; y otro en Sa Cabana, integrado por siete personas, y que se reúne los lunes de 17 a 18 horas. “Se trata de gente extranjera derivada de Servicios Sociales a quienes se les ha ofrecido participar en este taller con el objetivo de fomentar la lengua y de favorecer su integración”, explica Marta Egidos, técnica de Servicios Sociales.

Ramon Piña se muestra entusiasmado de su participación cada miércoles en el grupo de conversación de gente mayor del Pla de na Tiesa. “Es un éxito total porque me ha servido para sacar una chispa interior que tenía escondida y me he sentido liberado de contar cosas de nuestra época y hemos charlado de Xesc Forteza, de palabras olvidadas y de experiencias escondidas… es cierto que la gente estaba muy implicada y para mí ha sido una pasada”.

Jordi Alfonso, trabajador social del Ayuntamiento de Marratxí, explica que este proyecto ha servido a la docena de participantes para salir, relacionarse y para practicar el catalán. “Hemos hablado de cocina tradicional, de comida, de glosas, de fábulas y todo esto los ha servido para expresarse y para recuperar expresiones clásicas que antes se usaban y ahora no”. Un proyecto que ha estado muy estimulante para los asistentes porque les ha animado a participar en una actividad diferente en la que han podido expresarse, conocer gente, intercambiar opiniones y recibir visitas como las de Mateu Xurí.

Cada miércoles la docena de participantes del Pla de na Tesa ha acudido a su cita con una merienda para compartir con sus compañeros y con ganas de dialogar en catalán en un grupo de conversación que se ha consolidado en pocas semanas.