Los bancos centenarios de la iglesia de Es Pont d’Inca vuelven a su lugar original después de su restauración 

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La iniciativa de ARCA ha llevado al maestro artesano de Marratxí Raúl Fullana a restaurar dos bancos que se encontraban muy deteriorados

El Ayuntamiento de Marratxí los ha devuelto a la iglesia y ha puesto una placa para honrar al constructor original y al restaurador

Los bancos centenarios de la iglesia de Es Pont d’Inca vuelven a su lugar original después de su restauración por parte de ARCA, con colaboración del Ayuntamiento de Marratxí.

Gracias al trabajo altruista de Raúl Fullana, maestro artesano carpintero y vecino de la localidad, los bancos han vuelto a lucir un nuevo aspecto, a pesar de no poder recuperar su estado original. Fullana ha explicado que «los bancos estaban en un estado de gran deterioro, con algunas partes rotas y destinados a ser desechados. Presentaban importantes carencias constructivas. Logramos recuperar la mitad de lo que constituía cada banco original. Los materiales originales incluían desde pino mallorquín hasta nogal, lo que les confería una gran resistencia estructural. El nivel de construcción que tenían es muy difícil de encontrar en la actualidad».

Carmen Cañellas, regidora de Cultura, se ha mostrado satisfecha con la intervención: «Estamos muy contentos de haber devuelto los bancos allí donde tenían que estar, que era la iglesia. Ya los habían restaurado con ARCA cuando entramos en el equipo de gobierno y estaban en la Escola Vella de Es Pont d’Inca. Para que no se estropearan los hemos cedido a la iglesia, y ahora se encuentran ante la capilla. Como Ajuntament hemos colaborado en la placa y el mantenimiento de los bancos».

El sacerdote Yosbel Lazo, actual párroco de la Iglesia de San Alonso, ha destacado el valor histórico de este mobiliario y la importancia para la comunidad de Es Pont d’Inca.»Estos bancos pertenecen al patrimonio histórico y la herencia de Marratxí y viendo que había un interés por parte de los vecinos y ARCA por rescatarlos, he solicitado que se devuelvan la parroquia».

La restitución en su lugar original se ha hecho en el marco de las fiestas de Santa Catalina Tomàs, patrona del pueblo, y la ceremonia de colocación de la placa por parte del Ayuntamiento contó con la presencia de la bisnieta del constructor original. Según Lazo, el pueblo lo ha recibido con mucho interés: «Para muchos feligreses ha sido una alegría la vuelta de los bancos a la iglesia. Debemos proteger el patrimonio del pueblo, porque es un legado a las futuras generaciones”.

Según explicó en su día la asociación conservacionista responsable del rescate, «aunque no ha sido posible restaurarlos completamente en su estado y tamaño originales debido al considerable destrozo que sufrieron, se ha logrado recuperar su esencia, salvando así estos elementos patrimoniales cargados de vivencias y memoria histórica», según explicaron en un comunicado.

Los bancos fueron encargados a Bartomeu Salvà Beltrán, carpintero conocido como «s’inquero«, en la primera mitad del siglo XX, en plena posguerra. Estos bancos, de estilo clásico para la época, estaban originalmente compuestos por dos cuerpos de asientos unidos por un pie central separador y dos pies de cierre en los laterales. Esta estructura no sólo les otorgaba una funcionalidad duradera, sino que también reflejaba la artesanía y el diseño característicos del período en el que fueron creados.

El periplo de estos bancos ha concluido felizmente gracias al trabajo conjunto de ARCA, el carpintero Raúl Fullana y el Ayuntamiento de Marratxí, y han vuelto al lugar que nunca tuvieron que abandonar, Iglesia de San Alonso Rodríguez de Es Pont d’ Inca.