Empresas que han dedicado y siguen dedicando una parte de su actividad a la fabricación de materiales de protección, organizaciones que no paran de gestionar y repartir bienes de primera necesidad, restaurantes que han vaciado sus cámaras frigoríficas y han mantenido encendidos los fogones y hornos para elaborar platos que aún hoy ofrecen a familias sin recursos, o particulares que han aportado todo lo que han podido para paliar las dramáticas consecuencias de una pandemia que ha dejado a mucha gente sin nada de nada. Marratxí ha demostrado su gran solidaridad durante más de 3 meses y lo sigue haciendo sin esperar nada a cambio. Hemos recogido los testimonios de algunas personas del municipio que se han volcado con su trabajo y sus recursos, aunque somos conscientes de que constituyen una pequeña muestra de un gran colectivo.
«Yo tenía constancia de las necesidades de los sanitarios y recuerdo que eran las 3 de la madrugada del segundo día del estado de alarma cuando me desperté y me di cuenta de que podíamos ayudar desde nuestra empresa de confección. Nosotros somos la segunda generación de una empresa que se dedica a hacer vestidos para celebraciones y tenemos los recursos, que enseguida pusimos a disposición del Ayuntamiento, de manera gratuita y con 16 bodas que se quedaron paradas de golpe». Así nos relata Joan Bestard, gerente y propietario de Confecciones Lola Moreno, como se puso en marcha un proceso que hizo posible proteger primero a sanitarios y luego a trabajadores de muchas empresas del municipio, en momentos de gran precariedad e incertidumbre. «El Ayuntamiento se encargó de proporcionarnos el material adecuado para que nosotros pudiéramos confeccionar mascarillas, batas y vestidos de protección. Pronto tuvimos un patrón con el asesoramiento de sanitarios y después de 4 ó 5 días de pruebas empezamos a producir, asegurándonos de que los «epis» cumplieran con todos los requerimientos y con todas las medidas higiénicas aplicadas al proceso de confección», nos cuenta Bestard. «Fue un trabajo en equipo con el Ayuntamiento y a mí personalmente me ha cambiado la idea que tenía de la política y los políticos, porque he podido constatar una verdadera preocupación por los ciudadanos. A nivel empresarial también valoro la experiencia, que tal vez podría llegar a convertirse en una nueva línea de negocio», concluye Bestard.
Francisca Mayol tiene su taller en Can Carbonell y se dedica a arreglar vestidos. «Al principio tuvimos que poner tanto el trabajo como el material para hacer mascarillas y batas de protección, hasta que los mismos centros de salud nos empezaron a entregar materia prima. Estuvimos 4 personas trabajando durante 2 meses y a través del colectivo Moda Mallorca se coordinó a muchos voluntarios que llegamos a hacer hasta 60.000 mascarillas, más de 1.000 diarias. Mis clientes también nos compraron telas y todo el mundo se implicó, sin pedir nada a cambio. Ahora, seguramente firmaremos un contrato con el IB-Salut «, nos adelanta Francisca con satisfacción, sin dejar de destacar la gran solidaridad de cientos de voluntarias y voluntarios.
En los mismos términos se expresa Bel Mestre, presidenta del Casal Solidari de Marratxí: «Quiero agradecer a Dulcesol, Colonette, La Herramienta Balear, Euro Foods, ISMA 2000, Mercadona, Flor de Almendro, Antonio Perelló, José Puertas Fontanería, además de las guarderías municipales, la Brigada de Obras y Servicios de Marratxí y a los 26 voluntarios que tenemos registrados sus aportaciones, en alimentos, bienes de primera necesidad, dinero y trabajo. Un gran esfuerzo que ha llegado y sigue llegando a 300 familias de Marratxí «, nos cuenta Bel. «Hemos pasado de ayudar a 400 personas del municipio el 12 de marzo a las 980 del momento actual», afirma emocionada. Bel Mestre destaca también la gran labor realizada por entidades, empresas e instituciones como la Conselleria d’Agricultura y su compra de productos a las cooperativas del campo de Mallorca y las aportaciones de Agroilla, Agromallorca, Terracor, Comabe y el Banco de Alimentos.
Cuando el estado de alarma dejó sin recursos a tantas personas del municipio, Pepe Vera, propietario del restaurante Rías Baixas de Marratxinet, no dudó en abrir sus cámaras y volver a poner en marcha los fogones para preparar platos y menús que las personas más necesitadas aún hoy van a buscar al restaurante. «El día 14 de marzo tuvimos que cerrar y el 16 del mismo mes ya preparábamos comidas y repartíamos alimentos a todo el que lo pidiera», nos cuenta Pepe. «Hay gente que lo pasa muy mal y yo quiero dormir bien por las noches. La gente no debe acostumbrarse a vivir de las ayudas y los políticos lo que tienen que hacer es crear las condiciones para que la gente pueda tener trabajo», afirma Pepe. «Ahora el restaurante está abierto, pero todavía vienen pocos clientes, tengo que empezar de nuevo, puede parecer contradictorio, pero no me resulta fácil encontrar personal, mucha gente se conforma con las ayudas», se lamenta.
Ayudar de manera desinteresada está en el ADN de Tommy Forni y de su entorno, un empresario de Marratxí que desde hace años colabora con iniciativas solidarias en el municipio y que ha ofrecido todos sus recursos a las personas que peor lo han pasado durante la pandemia. A través del reconocido restaurante italiano Limoncello de Sa Cabaneta, Tommy ha podido repartir bolsas con comida y productos cocinados en su horno, haciendo frente a la vez al notable incremento de la demanda de comida a domicilio y colaborando también con la asociación Zaqueo Palma, entre otras organizaciones. Así, Marratxí, Palma e incluso Puerto Príncipe (Haití), donde su pareja preside una ONG que gestiona una escuela para 150 niños y niñas, han recibido la ayuda de este empresario marratxiner de origen italiano, que nos pide discreción. «Cuando la gente necesita ayuda, si le tiene que dar y no quiero hacer publicidad con esto» – nos pide Tommy- «lo hago porque tengo que hacerlo». «Nosotros no hemos dejado de trabajar ningún día, ya que una buena parte de nuestra demanda es a domicilio. Incluso hemos aprovechado para hacer una pequeña reforma en nuestro local y ahora estamos a punto de volver a abrir al público el comedor «, nos detalla. «Como ofrecemos un producto que está al alcance de todos los públicos y tenemos una larga trayectoria, la gente de Marratxí reconoce la calidad de nuestras elaboraciones y las cosas nos están yendo muy bien. Seguiremos ayudando a las personas que lo necesiten dentro de nuestras posibilidades «, concluye Tommy.